ERA, en tiempos de Goya, la familia de Carlos V. Pero no parece que, salvo en la sustitución del pincel por la cámara, las cosas hayan cambiado mucho.
Nos va quedando, lamentablemente, poca capacidad de asombro. Sin embargo, todavía se encuentra uno con cosas ante las que hay que frotarse los ojos. Pondré algunas de ellas aquí.
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