viernes, 7 de mayo de 2010

¿Teléfono rojo? Volamos hacia Wall Street

EN LA SOBERBIA  ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, de Stanley Kubrick, un militar yanki más loco que una cabra, obsesionado por su anticomunismo primitivo, desata una hecatombe nuclear cuando sus órdenes de que un bombardero lance su carga sobre la capital soviética desencadenan la respuesta automática del otro bando, en virtud de la política de la "mutua destrucción asegurada".


La historia era magnífica, pero todos sabíamos que era ficción, que cosa tan descabellada no podía ocurrir.

Ahora, se nos quiere hacer creer que un error informático en la Bolsa de Nueva York, el que un tipo se haya confundido al pulsar una tecla del ordenador en lugar de otra, ha sido la causa de que en menos de diez minutos la capitalización de dicho mercado (el valor de los títulos que en él cotizan) disminuyera en 328.826 millones de dólares (260.491 millones de euros). Para hacernos una idea: Si dividimos esa cantidad entre la población española (incluidos bebés, ancianos y militares sin graduación), tocaríamos a unos seis mil euros per cápita.

¿Todo por un dedo demasiado gordo? ¡Venga ya, hombre! Me quedo con Kubrick.

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