La foto de Rufino Díaz, de El Periódico Extremadura, recoge un momento del más importante acontecimiento de ayer –¡qué digo ayer, del año!– en Cáceres. Una imagen de la llamada virgen de la Montaña fue sometida al anual traslado forzoso –no consta que se le haya pedido su opinión–, desde el santuario en el que suele hallarse habitualmente, hasta una iglesia situada en el casco urbano. Obsérvese el procedimiento, dotado de tecnología punta, con que los devotos protegieron la imagen de las inclemencias del cielo. En la segunda foto, el presidente de la diputación de Cáceres, la alcaldesa de la ciudad, el presidente de la Asamblea de Extremadura, la delegada del Gobierno y, last but not least, el presidente de la Junta contemplan el paso de la procesión. ¡Lástima que la escasa resolución de la foto impida apreciar en sus rostros el arrebato que, sin duda, experimentaron en ese momento!
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